Antes de empezar a hablar de nuestros chicos grandes, quiero compartir algunas reflexiones de estos días tan intensos. A falta de pocos días para salir (de hecho en 48 horas ya habremos empezado nuestro viaje) se me amontonan la lista de tareas... Sin embargo, os quiero dejar este pequeño retal de grandeza que nos ha dejado la copa del mundo.
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| Jugada 35: Juega Navara y toca el rey Negro y el Alfil |
Como no puede ser de otra manera, me empeño en seguir las aventuras de la copa del mundo. De todo lo que ha pasado hasta ahora me encanta ver como Judit Polgar pelea por alcanzar las victorias. En el fondo, creo que todos compartimos un poco la ilusión de verla ganar la copa del mundo (a falta de verla ganar a un español). Al menos en nuestra casa es así. De cualquier manera, lo más impactante para mi ha sido la partida de Moiseenko - Navara en la 3ª ronda.
En resumen, en la jugada 35 David Navara desplazó su mano y toco su rey (f7) y su alfil (e7) un instante después. Se vivió un momento de tensión en el que Moiseenko le indicaba que debiera mover el rey (lo cual supodría la pérdida de la partida y su eliminación del campeonato). Sin embargo, Moiseenko se dió cuenta que resultaría un fallo tremendamente estúpido y no objetó en que David realizase el movimiento de Alfil. ¡ Menudo ejemplo de Moiseenko!.
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| Gracias: Navara y Moiseenko recibiendo un recuerdo por ejemplo |
Sin embargo, la partida continuó y David Navara llegó a un final de Torre y 2 peones contra Torre y 2 Peones. En una imprecisión de Alexander Moiseenko, David corona Dama y se llega a una posición ganadora de Dama contra Torre. La partida sigue y David (tras 6 horas de juego y 114 movimientos) tiene mate en 5. En este punto es muy interesante recordar que la victoria le daba a David Navara el pase a la 4ª ronda y asegurarse 20.000$ frente a los 12.800$ en caso de quedar eliminado. Pues bien, para la sorpresa de todo el ajedrez mundial, David Navara impresionantemente le ofrece tablas a Alexander Moiseenko que las acepta. Increible lección magistral de juego limpio, en palabras de David Navara: "my conscience did not let me finish the game in my favor and I offered a draw. I think it was fair" (mi conciencia no me dejaba terminar la partida a mi favor y ofrecí las tablas. Creo que fue lo justo).
Seguramente muchos podréis objetar que las reglas son las reglas, que ya se sabe, que hay que machacar al rival, que en el tablero no hay amigos, únicamente enemigos. Sin embargo, el ejemplo de David eleva al ajedrez a una lucha, no sólo salvajemente dura, sino a una lucha con honor. Por supuesto, ¡hay que salir a machacar y a ganar!, pero no de cualquier manera, ¡hay que ganar con HONOR!.
Impresionante entrada.
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