lunes, 19 de septiembre de 2011

Ronda 8: ¡casi lo consigo!

Cuando tenía 12 años, llegó, a una de las playas donde iba con mi madre todos los días, un autobús de un pueblo de Valladolid (no recuerdo su nombre). De él bajaron unas 30 – 40 personas de todas las edades. En mis ojos de chaval, lo normal era tomar la sombrilla, bolsa de la playa, buscar un buen sitio para instalarse, tumbarse un rato al sol (yo sólo aguanto 5 minutos, pero hay quien era capaz de resistir horas enteras....) y al final bañarse. Para mi sorpresa, aquel autobús era en parte diferente. Varios de ellos bajaron, no cogieron la sombrilla, no cogieron la bolsa, ¡se quedaron simplemente viendo al mar!. Cerca como estaba del punto de acceso a la playa, no pude por menos de oír alguna de sus conversaciones: ¡qué grande!, ¡qué bonito!, ¡no parecía así!. Luego, tras retirarse los zapatos, se acercaron a la orilla y , sin importar su edad, disfrutaron del contacto del agua salada del mar. Esa gente tenía 5, 10, 15, 30, 50, 70 años y ¡NUNCA HABÍAN VISTO EL MAR!. Al menos, nunca lo habían visto con sus propios ojos. Únicamente en las películas o en la emergente televisión. A mí aquello me pareció absolutamente asombroso. Yo que todos los días, hiciera sol o lloviera a cantos, me apostaba en la playa, el pensar que nunca habían visto el mar me parecía algo de ciencia ficción. Sin embargo, aquel episodio me hizo pensar en cuantas cosas tampoco yo conocía: nunca había visto la nieve, por ejemplo.
Aunque os parezca mentira ¡nunca he visto el alba sobre el mar!. Como siempre he vivido al Oeste de España o en algún punto del interior, mis amaneceres siempre son a través de las montañas. Nunca he visto como el sol va bañando el mar poco a poco.

Así que aquí me tenéis, a las 6:51 apostado al lado de la playa, intentando ver el alba sobre un inmenso mar ¡POR PRIMERA VEZ EN MI VIDA!.

Pero hoy, a pesar de que el sol salió sobre las 6:55, no lo he podido disfrutar demasiado. El día es algo frío, el horizonte estaba lleno de nubes y sólo a las 7:10 pude verlo pero ya muy levantado. ¡ Mañana lo intentaré otra vez!.

1 comentario:

  1. Tampoco hace falta que te levantes cada mañana a ver el sol! Para mi la foto es excelente, sirve de sobras, objetivo cumplido.

    Yo, desde Cataluña, siempre he echado de menos ver el sol poniendose sobre el mar. Cada uno quiere lo que no tiene...

    Ánimos a todos para los últimos dias!

    Ramon

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